jueves, 29 de junio de 2023

Las Fiestas de San Juan 2023 terminaron muy bien






 El 28 de junio fue el último de los seis días en los que anduvimos y anduvimos, y corrimos (algo) por las 30 calles, callejas, plazas y plazuelas, escalamos rejas, ascendimos y bajamos escaleras, pasamos entre barrotes, pisamos tablados, hicimos fotos, emitimos videos en directo, escrutamos toros, pronosticamos movimientos, anotamos datos (multiplíquese por once), a veces vimos lo que Javier y sus gladiadores, y otros emisores de directos nos enseñaban, admiramos a Cerro hacer magia con un capote, a los auxiliares de encierro y de lidia manejar la manada para que acabaran en un cubículo, escuchamos unas campanas sonar tres y tres veces, multiplicado por once, para avisar, y antes un cohete resonar diez veces, vimos y no vimos unos voluntarios de Protección Civil mezclados entre los "mozos" y cerca del toro, casi invisibles, pero ellos lo veían todo, vimos a las chicas y a los chicos de la Cruz Roja cerca de enfermerías y quirófanos y de sus modernísimos vehículos SVA y SVB, no los vimos, pero estaban en sus puestos con todo preparado, cirujanos, médicos y enfermeras/os, velaban para que todo discurriera sin excesivos alborotos un no demasiado nutrido grupo de agentes de PL, además de efectivos de la GC, vimos a los bomberos siempre dispuestos y preparados, vimos muchísimo (lógico: estaban en todas partes a la vez) a un coordinador y a sus auxiliares de seguridad, vimos once veces arriesgar sus vidas a los tres encargados de finalizar los festejos con seguridad, y, siempre que pudimos, les dimos las gracias, vimos poco (su trabajo durante las lidias es silencioso y efectivo) a la abanderada y sus colaboradores municipales más cercanos, y, cuánto es de agradecer, vimos y hablamos con muchísimos corianos y forasteros, conocidos y desconocidos, de si iría por aquí o por allá, ¿dónde está? (no hacía falta decir quién, la economía de palabras es esencial), si ¡tenía la boca cerrada! (signo incuestionable de sus conocimientos taurómacos), si son o no un melón cerrado, si el calor (no fue para tanto) o el pavimento afecta o no, de ... conversación interrumpida, había que correr, vimos y no vimos al eficiente servicio de limpieza: los vimos limpiar la zona tras el fin de las lidias, pero no los vimos al alba despejar y retirar las montañas de plásticos y latas, pero sí al día siguiente sus efectos purificadores, no vimos todas (sí muchas) las fotos y videos que se hicieron, por profesionales y público, con cámaras de fotos y teleobjetivos sofisticados y muy caros o con cámaras de móviles igual de sofisticadas: lo veremos todo en las redes en días y meses siguientes; no vimos a los trabajadores de hostelería, porque no tuvimos tiempo de entrar, pero ahí han estado, horas y horas, tampoco vimos y visitamos todas las peñas, ni tampoco las contamos (imperdonable, ¡tarea para 2024!!!), pero se servían bebidas y se cocinaban ensaladas y carnes, y luego se comían.

Vimos poco, pero nos hizo andar mucho-mucho tras su pista, un astado con el hierro de Monteviejo (Victorino Martín), "Vocea", que nos dejó contentos y (más) cansados.
(Continuará)




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